Defensa

El Gobierno resucita el plan de fusionar Indra con ITP y parte de Navantia para crear un gigante público

Cristina ruiz, Marc Murta e Ignacio Mataix, la cúpula de Indra.
Cristina ruiz, Marc Murta e Ignacio Mataix, la cúpula de Indra.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Gobierno de Pedro Sánchez pretende resucitar un plan de los tiempos de Mariano Rajoy que consiste en fusionar Indra con ITP y parte de Navantia (Sainsel) para crear un gigante de defensa controlado por el Estado. Este plan, en el que le apoya la empresa vasca SAPA Placencia, tiene como primera pata el aumento de participación de la SEPI en Indra y supone un giro de 180 grados respecto a la estrategia de Fernando Abril-Martorell.

Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación, que explican que este plan fue diseñado originalmente por el exministro de Defensa del PP Pedro Morenés y su secretario de Estado, Pedro Argüelles. Eso explica por qué el Estado recompró un 20,1% del capital en 2013 a Bankia. Este plan fue descartado entonces y, además, Abril-Martorell emprendió un fuerte adelgazamiento del negocio de defensa de Indra para potenciar el de tecnología civil.

Ahora, Sánchez y Margarita Robles han desempolvado la idea. El primer paso es el incremento de participación anunciado el martes: la SEPI adquirirá un 10% hasta llegar al 28%, que venderán varios fondos que desean salir del capital, entre ellos Fidelity.

También podría adquirir el 3,2% que todavía mantiene la familia March (Corporación Alba) tras vender un 5% precisamente a SAPA Placencia. Esta compañía, propiedad del presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, es el nexo con ITP, ya que participa en el consorcio que la adquirió a Rolls Royce en septiembre por 1.700 millones, junto al fondo Bain Capital y la firma de Javier Botín, JB Capital.

Ese nexo es clave, porque la segunda parte de la operación del Ejecutivo es la fusión de Indra con ITP; de hecho, la negativa de Abril-Martorell a pujar por esta compañía le costó la presidencia, que pasó al socialista Marc Murtra. SAPA fue quien salvó la operación tras la espantada de Sener (familia Sendagorta), pero es demasiado pequeña para asumir esta operación, lo que ya adelantaba la posible entrada del Estado.

La tercera pata del plan es la integración en el grupo de parte de Navantia, en concreto la filial dedicada a diseñar consolas para buques, Sainsel. Se trata del negocio puntero de la compañía pública y el único que tiene interés para un holding de defensa; los astilleros quedarían fuera de la operación.

Competir con los gigantes europeos y ¿vender?

Con estas tres patas se crearía un grupo español de defensa cuyo objetivo oficial sería poder mirar de tú a tú a conglomerados como Leonardo en Italia o BAE Systems en Reino Unido.

Algunas fuentes añaden que, en un momento posterior, el Gobierno se plantearía la venta a uno de los gigantes norteamericanos del sector, como General Dynamics. Sin embargo, otras fuentes aseguran que el carácter estratégico de este futuro grupo impide su enajenación.

El mercado recibió ayer de manera muy negativa el aumento de participación del Estado, con una caída en Bolsa del 9,41% hasta 8,38 euros. Tras el cierre del mercado, la compañía presentó sus resultados de 2021: ganó 143 millones frente a las pérdidas del excepcional 2020, un 18% más que en 2019. Además, batió su récord de ingresos, que alcanzaron 3.390 millones.

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